¿Conquistador o conquistado?

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Encontramos en todos lados personas que son una tragedia andante.  Hace unos años conocí a alguien que competía por ser la persona con mayor cantidad y con los más difíciles problemas.  Era como un hipocondriaco pero con problemas. Quería tenerlos todos. Escuchaba los problemas de otros y rápido salía a decir: “A mí me pasa peor”… y ahí contaba su triste historia.  Era casi como una necesidad de tener problemas y que fueran los más grandes del mundo. Vivía en continua queja, siempre apesadumbrado y en medio de conflictos era casi digno de pena.   Es totalmente normal atravesar por circunstancias continuamente. Las tenemos en la familia, en el trabajo con los amigos, los vecinos y  en todas partes. Las circunstancias y conflictos pueden venir en todos los tamaños y colores a imaginar.  

Pero debemos ser cautelosos de como manejamos lo que nos sucede.  ¿Cómo me veo en medio de las circunstancias? ¿Me siento como la víctima de todo o asumo la parte de responsabilidad que me toca y tomo control? ¿Siento siempre que alguien más, y no yo, es responsable de mis situaciones?  ¿Puedo seguir funcionando  en medio de cualquier situación que se presente? ¿O siento que cualquier conflicto detiene mi vida? ¿Puedo tomar control de mis pensamientos o los pensamientos con respecto a la situación me dominan? ¿Se entera todo el mundo de lo que estoy pasando o tengo la capacidad de mantenerlo en lo privado, como algo personal? ¿Le pido consejo a todo el que puedo con relación a mi situación? ¿El problema o la circunstancia dañan mi día o mi semana o puedo sentirme bien a pesar de él? ¿Cuánto manejo tengo de mis emociones en medio de mi situación? En fin, ¿las circunstancias me conquistan o puedo yo conquistar las circunstancias no importa cuál sea?

La palabra nos enseña que somos más que vencedores y que estamos hechos para reinar. La obra de Jesús fue completa cuando llevó todo lo que puede agobiarnos a la cruz del calvario y lo clavó allí y nos entregó la llave de la victoria.  Fuimos creados para ser conquistadores y no conquistados. No te dejes vencer, toma control. Recuerda que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Que la palabra se haga rema en ti, que cada cosa que Jesús ya alcanzó y tomó para ti, realmente puedas verla, recibirla y apropiarte. Su sacrificio no fue en vano.  Conviértete en un conquistador y no en un conquistado, eres cabeza, no cola, estás por encima no por debajo. En el cielo ya te vieron venciendo: ¿Puedes verte venciendo tú? Vamos, hazlo. Bendiciones y disfruta tu semana reinando por encima de todo.  Comienza tu semana conquistando por encima de cualquier circunstancia.

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