Donde quiera que estés o con quien sea que hables, en los “top ten” de temas, hay uno casi por obligación, el tema del virus que ha puesto en cuarentena al mundo. De pronto todos se vuelven expertos en el tema, salen los “médicos”, los “asesores”, los mejores pensadores y las mejores ideas están por todo el país regadas en todas partes.
Mientras tanto, los comercios cerrados, los niños sin escuela, las agencias del gobierno y las empresas privadas detenidas, no hay servicios en las iglesias, no hay salidas a ningún lugar, #quedateencasa es el hashtag del momento, los mensajes en todas las redes sociales, los mensajes de texto, los memes y videos hasta de niños, educándonos en el tema y un toque de queda es la ley del momento. Y en todo esto ciertamente, parece que es reina la enfermedad. Si algo ha sobrecogido la gente es el pánico, el temor, sobre todo eso es lo que ha formado la histeria colectiva.
Hoy esas son las noticias en la tierra, a nivel mundial muy similares en muchos países. Y mientras tanto en el cielo, las noticias dicen otra cosa. Allá las noticias dicen que llegó el tiempo, que lo esperado para los hijos es ahora, que la manifestación gloriosa que la tierra ha estado esperando está aquí. No sé si puedas entender que “lo que vemos no es y lo que es no lo entendemos”. El hombre ve una cosa, mientras Dios está viendo otra. Para que sea manifestada la luz, tiene que haber oscuridad, para que se manifiesta la sanidad, tiene que haber enfermedad, para que se manifieste el orden, tiene que haberse visto un caos. Así que en medio de todo esto, Él espera que sus hijos se atrevan a ser una puerta del cielo a través de la cual el Padre pueda manifestar su gloria y su poder. Por eso te dice hoy: “Alzad, oh puertas vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria. Así que, más que claro está, el único con corona aquí es Jesucristo, el único digno de ser reconocido como Rey de reyes y Señor de señores. No sé si puedas estar de acuerdo conmigo, pero el único que reina por encima de todo es Cristo y nos llamó a sus hijos a reinar por encima de todo, puso todo por debajo de la planta de nuestros pies y nos dijo que reinábamos juntamente con Él. Así que si eres hijo, ponte la corona y reina, junto con tu padre que no tiene quien le quite el trono ni el poder ni el señorío ni la autoridad. Él ya está sentado en el trono con una obra que ya fue terminada, por eso dijo: “Consumado es”. Ya no necesita hacer más nada, ahora nos toca a nosotros apropiarnos y exhibir esa obra consumada de Cristo. Toma tu corona y reina por encima de las circunstancias, tú y yo somos más que vencedores y ya tenemos la corona de reyes que Él obtuvo por nosotros en la cruz. Eres la puerta por la que el Rey entrará desde la eternidad para manifestar su poder en la tierra, toma tu lugar, reina y gobierna. Bendiciones
