De cosas pequeñas

Es muy normal que todos al hablar de sueños y anhelos pensemos en cosas grandes. Todos queremos lo inusual, lo extraordinario, lo sorprendente, lo inesperado. Al fin de cuentas, esta es una de las formas en que Dios obra. Lo que no podemos olvidar es que en lo sencillo, en lo pequeño, en lo que parece común y ordinario, también hay grandeza y belleza.

La base de la vida de Jesús fue el amor, sus obras y milagros fueron basadas en amor a la gente. Y a veces soñamos tanto con los títulos, con los reconocimientos, con las grandezas, que olvidamos cuanto valor hay en los detalles, en las cosas pequeñas y sencillas de la vida. Los momentos no planificados, son los más disfrutados muchas veces.

No te estoy diciendo que no anheles cosas grandes y maravillosas, que no planifiques, que no quieras moverte a mejores cosas día a día. Te estoy diciendo que no olvides cuanto disfrute y satisfacción puede haber en lo sencillo. En el canto de ave, en la flor del parque, en un niño jugando, en una nota de gracias, en la invitación a un café para compartir, en dejar ir tus pies con una canción, en desternillarte de la risa con un chiste bobo, en soltar la rutina y olvidar el stress, en cocinar una nueva receta que has estado guardando,  en conocer gente nueva y comenzar a hacer cosas que antes no hacías. Disfruta los que están a tu  lado, ten un gesto de gracias continuamente, haz un favor solo porque si, regala sonrisas por doquier, deja fluir el gozo e invade con la paz en cualquier atmosfera cargada, se un agente de cambio en todo lugar, marca la diferencia con tu presencia.

El mundo necesita sentir alivio y descanso y tú tienes que verte como la respuesta, ciertamente lo eres si lo puedes ver. Somos como Jesús en esta tierra, así que, el poder está en ti. Mientras vas llegando a las cosas más grandes que deseas hacer, no dejes las pequeñas fuera, porque la grandeza está se va formando de las muchas pequeñas cosas que se van juntando. La gracia y la paz Dios sobre tu vida hoy.