Descalificada

¿Sabías tú que, los discípulos de Jesús, fueron inicialmente discípulos descalificados? Si, discípulos no aprobados. Para los tiempos de Jesús, todos debían ser instruidos en la Torá desde la etapa preescolar. Cada niño iba pasando por diferentes etapas de aprendizaje y en la medida que fuera demostrando habilidades y talentos, cerca de los 16 años, debía escoger un rabino a quien seguir para ser su discípulo y llegar a ser como él. Aquellos niños y jóvenes que no tenían la habilidad o no daban el grado para seguir siendo adoctrinados en la Torá y seguir a un rabino, debían ir a practicar el oficio familiar, bien fuera la carpintería, el comercio, la pesca,  o el oficio que practicara su familia. Los discípulos de Jesús,  fueron encontrados practicando el oficio familiar, la pesca. Lo que nos deja ver que fueron discípulos sin la oportunidad de poder seguir a un rabino y poder llegar a ser como él, o sea, discípulos no aprobados. En Israel, esto era un privilegio para el que lo lograra. Quizá fueron muchos los jóvenes que no lo lograron aun teniendo un gran deseo en su corazón de que así fuera.

No sé si hoy tú te puedas identificar con ese sentimiento. Quizá hoy puedes entender lo que es sentirte desaprobado o descalificado por los hombres. Es posible que hayas anhelado algo con todo tu corazón, pero el hombre te descalificó. Quizá hoy mires hacia alguna posición y veas a alguien en el lugar donde pensaste que alguna vez estarías tú. Puede que hayas perdido la oportunidad de ser escogido en una entrevista de trabajo, o en una posición en la iglesia, tal vez sea en tu trabajo actual donde sientes que hayas perdido alguna oportunidad de crecimiento o ascenso, quizá alguien te descartó en una relación de pareja . No lo sé.

Hoy quiero decirte que los discípulos de Jesús, estuvieron en tu lugar. Yo también he pasado por ahí.  Se lo que es sentirte rechazado, descartado, eliminado y pensar que la oportunidad  que perdiste ya no  volverá jamás. Quizá hoy te miras y no te sientes apto para asumir un llamado o alguna posición de liderato y por eso tú mismo te descalificaste sin que nadie lo hiciera.

Cuando llegó Jesús a aquel lugar, encontró  a aquellos hombres haciendo lo común, lo ordinario, lo que muchos otros podían hacer. Pero cuando Jesús los miró, vio en ellos lo que otros no pudieron ver. Vio su corazón, su anhelo, su entrega, su esfuerzo, su persistencia, su obediencia, entre muchas otras cosas. Y los llamó para que fueran sus discípulos y llegaran a hacer como Él. Los sacó de lo común y de lo ordinario y los llevó a ser lo extraordinario, lo inusual, lo sobrenatural, lo inesperado. Hoy quiero decirte que Jesús está pasando por tu vida y ya puso sus ojos sobre lo que otros no han visto. No te des por vencido. No importa quién te descalificó. Quizá escuchaste de la boca de un hombre (terrenal) que ya tu tiempo pasó, que las oportunidades no se repiten, que no habrá una nueva oportunidad para ti. Por eso quiero recordarte que nuestro Dios es un Dios de oportunidades. Que lo que Él dijo de ti se va a cumplir, que solo tienes que creer y caminar sobre esa palabra. No importa como otros te ven, lo importante es que tú entiendas que ya en el cielo te vieron aprobado, no lo dudes. No te rindas, deja que sea Dios y no ningún hombre quien te posicione. No fuiste llamado ni escogido por ningún hombre, fuiste llamado por Dios y Él no espera que tú retrocedas ni te quites, sino que lo sigas a Él. Porque para Él, estás aprobado, créelo.