Descansa en la gracia

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La historia de la humanidad está marcada en dos eras: antes de Cristo y después de Cristo. La era antes de Cristo, está compuesta por los años que comprenden desde la creación hasta el nacimiento de Cristo. La era después de Cristo, está marcada por el nacimiento del mismo en adelante. Después del nacimiento de Cristo, la historia de la humanidad cambio y la humanidad jamás ha sido la misma desde allá para acá.

De la misma forma pasa en nuestra vida. Nuestras vidas deben estar marcadas de la misma manera, antes de que Cristo entrara a nuestras vidas  y luego de entrar a nuestras vidas. Cuando estudiamos la palabra, podemos entender que cuando hablamos del tiempo después de Cristo en la humanidad, le llamamos el tiempo de la gracia. La gracia no es un mensaje más ni una enseñanza en la palabra, la gracia es Jesús, Jesús es la gracia. Y Jesús como la gracia, vino a traer descanso y alivio a nuestras vidas. Jesús fue el plan maestro de Dios para la humanidad.  Jesús hizo lo que me tocaba a mí, pagó mi deuda, venció y derrotó todo lo que estaba en mi contra y podía derrotarme. Es por eso que puedo descansar en Él.

Cuando Jesús, o sea, la gracia, entra a nuestras vidas, debemos entender que nuestra vida pasa a estar escondida en Él. Colosenses 3: 1-3 dice: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.  Su plan y su anhelo lo cubren todo. Es por eso que, si mi vida está escondida en Cristo, quien se ve es Él y no yo. Él quiere verse obrando en todo, porque ya Él lo hizo todo.  Debemos aprender a entrar en su descanso. El descanso donde cedo el control, donde puedo entender que, si Él es el dueño de mi vida, se hace cargo de todo. Donde puede entender que Él está al tanto de todo lo que pasa en ella, que nada lo sorprende ni lo toma desprevenido.

Es tiempo de comenzar a soltar a Dios cada área de tu vida. Descansa pensando que Él tiene cuidado de todo en tu vida. La ansiedad y el afán no producen nada bueno y no te permiten disfrutar su gracia y lo que ya Él hizo. Cree y aprópiate de todo lo que ya fue alcanzado para ti. No dejes que la gracia de Dios se haga nula en tu vida. Ante cada situación que se pueda presentar,  suelta y descansa. Todo lo que ocurre, es usado para nuestro crecimiento y madurez, no importa cuán difícil pueda parecer la situación. Dios ama a quienes te rodean más de lo que los amas tú (padres, hijos, hermanos, pareja), incluso, te ama a ti más de lo que tú mismo puedes amarte. ¿Lo puedes creer?

 Entonces, entra en su descanso, confía y suelta el control de todo y te aseguró que verás en cada experiencia el resultado que Dios quiere lograr a través de ella. Que la gracia de Dios sea sobre ti.

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