Desde adentro

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Es muy común, para una fecha como esta, ver chistes de cómo se te paso el año y no bajaste de peso, no pudiste viajar, no lograste esta o aquella meta. En fin, un montón de chistes de los “no logros” de este año y  entre chiste y chiste la forma en que  lo postergamos para el próximo año. Cuantas excusas tenemos y encontramos para no hacer las cosas. Las usamos con nosotros mismos, con nuestro prójimo y con Dios. Tanto en nuestras metas personales, profesionales y espirituales. No nos comprometemos con nuestro cuidado personal, salud y mejoramiento, no nos comprometemos con nuestra familia, calidad de vida familiar, tiempo con nuestros hijos (al menos los más pequeños que nos necesitan más), tiempo con nuestra pareja, tiempo para terminar el curso o grado que te falta en tu desarrollo laboral o profesional y no nos comprometemos con nuestro crecimiento espiritual, nuestro compromiso en la iglesia, nuestro tiempo con el Señor, nuestro llamado. Tampoco tenemos ningún compromiso con la palabra para dejarnos cambiar y transformar a la imagen del Dios a quien decimos servir. Le damos a Dios las excusas que no le daríamos a nuestro jefe en nuestro trabajo para no comprometernos con nada.

La realidad es que si algo no nace en tu interior,  no importa qué fecha del año sea, no lo vas a hacer. Si no hay un convencimiento o un deseo genuino de compromiso con algo, lo vas a seguir pasando por alto. Porque no hay voluntad para hacerlo. Seguirás pasando los calendarios y seguirás sin hacer la dieta, sin terminar de estudiar, sin tener tiempo para la familia, sin comprometerte con nada, porque no tienes compromiso ni siquiera contigo mismo.

No tratemos de buscar motivaciones externas para movernos a hacer las cosas. Todo lo que necesitamos tiene que nacer de nuestro interior. Por eso la palabra nos dice que: “No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio”. Porque todo lo que necesitas para lograr lo que dices que quieres lograr, lo puso dentro de ti. Deja de echarle la culpa a las circunstancias de porque no has hecho lo que dices que vas a hacer y toma una decisión en tu interior para hacerlo, porque tienes la voluntad para hacerlo, sin importar si es enero, mayo, septiembre o diciembre. Hoy quiero decirte como Jesús le dijo a Judas en el momento quizá más difícil de su vida aquí en la tierra: “Lo que vas a hacer, hazlo pronto”.

Si quieres otra excusa, la vas a encontrar afuera, pero si quieres voluntad para hacerlo, tienes que buscarla dentro de ti. Porque todo cambio comienza desde el interior hacia afuera y no al revés. Vamos, comienza hoy, no lo dejes para el año próximo ni siquiera para mañana. Hoy es el día que hizo el Señor para ti, lleno de oportunidades para nuevos comienzos. Bendiciones

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