Detente

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Es asombroso ver con la facilidad con la que la gente se mueve de una iglesia a otra. Buscamos iglesia como quien busca ropa para comprar, porque se tiene que acomodar a lo que cada individuo entiende correcto en su búsqueda personal. Me tiene que quedar cerca, debe tener cierta cantidad de miembros, debe ser de esta o aquella denominación, la adoración debe ser de x o y manera, y en fin, comenzamos a añadir a la lista una serie de características que deben llenar mi expectativa y hacerme sentir complacido. Todo se trata de como yo la evalúe y catalogue.

Pero, ¿alguna vez le has pedido dirección a Dios para que sea Él quien te dirija a la iglesia correcta para tí? Y fíjate que usé la palabra correcta y no perfecta, porque la iglesia de Cristo es perfecta, lo creas tu o no. Efesios 5:25-27 dice: …así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Así es como Cristo ve a su iglesia. Es perfecta a través de su obra completa que fue perfecta, porque no se trata de nuestra obra, sino de la de Cristo. No es que Él va a tener en el futuro una iglesia limpia y sin mancha, es que ya la tiene y se la presentó a sí mismo.  ¿Bajo qué criterio te atreves a juzgar y a decir lo contrario?  ¿Por qué es más fácil enfocarnos en las debilidades de un líder o de un hermano para salir corriendo de una iglesia, que enfocarnos en la obra perfecta que Jesús ya hizo?

Deja de buscar una iglesia que se amolde a tus criterios y  busca amoldar tu vida a la palabra. Cuando te enfocas en Cristo y a la obra que quiere hacer a través de tu vida, no tienes tiempo de andar mirando los errores o situaciones de los demás. Todos necesitamos la gracia y el amor de Dios, es solo a través de El que somos perfectos. Entonces, aprende a mirar a tu prójimo a través de los ojos de Cristo, Cristo es la gracia.   

Deja de correr de iglesia en iglesia. Dios quiere afirmarte y establecerte. Tú sabes en tu corazón cual es el lugar donde debes estar, pero el orgullo no te permite accionar correctamente. De qué manera puede Dios trabajar con tu vida, confiarte un ministerio, usarte para ministrar a otros, cuando andas mirando los errores humanos en lugar de mirarlo a Él. La razón por la que hoy abandonas una iglesia, mañana te perseguirá en otro lugar donde estés y en algún momento lo tendrás que enfrentar para crecer.

Hoy Jesús te invita a que puedas enfocarte solo en Él, lo demás no traerá cambio ni transformación a tu vida, solo traerá dolor y confusión.  Por encima de todo, enfócate en Él. Bendiciones.

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