¿El discípulo amado?

3

Cuando escuchamos la expresión de “discípulo amado” inmediatamente pensamos en Juan. Y siempre me pregunté, ¿porque si era el discípulo amado nadie hizo ninguna otra expresión o comentario con relación a esto? Nadie más, en ninguno de los otros evangelios, menciona nada particular acerca del amor de Jesús para con Juan. Juan aparece en varias escenas muy cerca de Jesús y cuando escribe su epístola, se auto nombra el discípulo amado. Y, cuando buscas la historia de la crucifixión, notas que mientras el resto de los discípulos, se escondieron por temor, Juan se presentó allí, no dejó solo a Jesús en el momento más difícil.

Entonces uno se pregunta: ¿Habrá mostrado Jesús más amor por alguno de sus discípulos? ¿Habrá tenido alguna preferencia con alguno de ellos? Definitivamente pienso que no. Jesús conocía a cada uno de sus discípulos, sabía lo que cada uno era cuando los llamó a caminar a su lado. Conocía su carácter, sus debilidades, hasta donde estaban dispuestos a llegar por él y lo que harían cuando ya él no estuviera más con ellos en esta tierra. A Jesús nada le sorprendía ni lo tomaba desprevenido.

Lo que sí creo es, que Juan realmente creyó y entendió, sin ningún lugar a dudas, cuanto Jesús lo amaba. Los demás discípulos, muy posiblemente, no pudieron entender con tanta claridad el inmenso amor de Jesús. Juan lo pudo entender con tanta claridad que hasta se auto nombró el discípulo amado. Pero, no solo entendió claramente el amor de Jesús, sino que él mismo pudo amar a Jesús como ningún otro de sus discípulos lo amó. Tanto lo amó que lo acompañó hasta su momento más difícil, la cruz.

Juan fue el discípulo a quien le fue revelado el libro de Apocalipsis, que no es otra cosa sino la revelación de Cristo mismo glorificado. La experiencia de Patmos solo la podía tener un hombre que haya entendido el amor, un hombre que pudiera conocer de entrega. Una revelación tan grande, solo podía ser entregada a alguien que, por sobre todas las cosas valorara y amara a Jesús, no por lo que Él podía dar, sino a Jesús, aunque no tuviera nada que ofrecer. Y Juan dejó ver cuanto valoraba y amaba a Jesús mismo. Quizá hoy tu y yo soñamos con grandes cosas, con grandes revelaciones de Dios, con conocer sus sueños y sus pensamientos, las cosa que ojo no vio ni oído oyó. Es por eso el texto dice con claridad que están preparadas para los que le aman (1 Corintios 2:9). El que ama, lo quiere a Él, más allá de lo que Él puede darte, así como la esposa ama al esposo. Si lo amas a Él y, al igual que Juan, estás dispuesto a acompañarlo a la cruz, entonces prepárate para las grandes cosas. Bendiciones

Related Posts

2 Responses
  1. Great goods from you, man. I have understand your stuff previous to and you’re just
    extremely great. I really like what you have acquired here, really like what you’re saying
    and the way in which you say it. You make it entertaining and
    you still take care of to keep it sensible. I can not wait to read far more
    from you. This is actually a tremendous web site.

Leave a Reply

My New Stories