Él te miente

2

Lo más poderoso que cargamos es nuestra mente. Tiene la capacidad de construir lo que somos. Con ella recordamos, todo lo que guarda el magnífico y enorme archivo que poseemos, de igual forma imaginamos y llegamos a cualquier lugar con nuestro pensamiento, que no tiene límites. Nos confrontaba en una gloriosa enseñanza el padre de la casa donde me congrego (Iglesia Aún Hay Más, Sin Fronteras), con la realidad de que escogemos vivir más en el archivo de nuestra mente que usando la imaginación.

El archivo de nuestra mente guarda un cúmulo de historias que han sido las que nos han definido, lo que somos hoy está compuesto por lo que hemos guardado en ese archivo. Es posible que conozcas esta información, yo también había escuchado mucho acerca de este tema. Pero, aquí es donde quiero detenerme a reflexionar: ¿Alguna vez has meditado en cuanto tu archivo te miente?  Quizás me digas una gran verdad: “Todo lo que está ahí son las vivencias, las experiencias, la educación, todo lo aprendido por años de vida, lo vivido no es una mentira, es una verdad”. Y definitivamente, eso no es algo que vamos a refutar. Lo que quiero que analices hoy es: ¿Cuánto esas experiencias y vivencias que están ahí guardadas, te han limitado y arruinado lo nuevo, aquello que podrías alcanzar si usaras más la imaginación que lo que viajas a tu archivo de recuerdos?  ¿Cuántos sueños han muerto? ¿Cuántos buenos proyectos están engavetados? ¿Cuántos planes han desaparecido de tu mente sin alcanzar una oportunidad de ser contemplados? ¿Cuantos sueños de Dios, depositados en ti, han quedado en el olvido?

No te hago estas preguntas porque yo nunca me haya tenido que confrontar con ninguna de ellas. Yo misma me he visto corriendo al archivo del engaño y he implosionado mis propias ideas y sueños. Si, al archivo del engaño, a ese que  me grita: Ni lo intentes, ni siquiera se te ocurra, ¿cómo piensas que lo vas a hacer?, ¿acaso se te olvidó cuando pasó esto o aquello? (un recuerdo del pasado), el que me lleva a ver las imposibilidades y la escasez de recursos, el que me lleva a verme pequeña ante tan grande idea, el que me hace mirarme a mí, en lugar de mirar a Dios como enfoque para alcanzar esa meta.

Sé que a ti también te ha pasado. Pero no es casualidad que hoy estés leyendo esto. Hoy Dios te trajo aquí para darle vida a esos sueños y planes muertos y echados al olvido, a ese ministerio del que no te sientes capaz de lograr, a esa idea que ha corrido en tu mente, acompañada de pensamientos que la minan y la regresan a la gaveta nuevamente. Si hoy estoy escribiendo aquí, no fue porque alguien creyó en mi (no quiero decir que alguien no lo haya hecho), pero si estoy hoy haciendo esto, es porque vencí muchos pensamientos que me hacían retroceder, y decidí creer, primero a Dios y a que Él mismo puso el don y la idea en mi para poder hacerlo.  Los sueños son el lenguaje del Espíritu, así que tienes que creer que, si hay un sueño en ti, es porque el Espíritu está tratando de empujarte a algo. Si es grande, es porque es de Dios, y si Él lo puso ahí, Él responderá por ese sueño de maneras que hoy tú no puedes imaginar. Al final, no se trata de ti, se trata de Él, porque si la gloria te la llevas tú con el logro, ¿Dónde quedaría la grandeza de Dios?

Deja de correr al archivo del engaño y deja que vuele alto la imaginación. Hay algunas palabras que podrían ayudarte a entender las formas en las que Dios está obrando para este tiempo: sorprendente, inusual, sobrenatural, inimaginable, indetenible, imposible, de repente, inaudito, inesperado, innovador, entre algunas otras.  ¿En cuál de ellas puedes operar o moverte tú sin depender de Él?  Por eso Él está buscando que dejes de correr al archivo del engaño y corras a la imaginación. La imaginación, unida a la fe, te llevará a ver las grandezas de Dios. No dejes que el archivo del engaño siga deteniendo el sueño de Dios en tu vida, lo que él depositó en ti, es solo tuyo, deja que tome vida y Dios te sorprenderá. Bendiciones.

Related Posts

Leave a Reply

My New Stories