La mejor arma

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La mejor arma de la que fuiste provisto es de la Palabra de nuestro Padre. Cuando somos niños y nuestro padre terrenal nos hace una promesa vamos por todos lados hablándole a todos de la promesa que nos hizo nuestro padre. Nuestro Padre celestial nos ha regalado un libro lleno de sus promesas y verdades de vida para nosotros, pero no las recordamos, no las hablamos, no las vivimos. Permitimos que los problemas, los afanes, los conflictos, el cansancio, entre otras cosas, nos agobien. Nuestra boca está llena de declaraciones de derrota, desanimo, cansancio, frustración, quejas, etc. Lo menos que declaras y crees es la Palabra y las promesas que te fueron dadas por el Padre eterno. Lo menos que recuerdas a la hora de orar son las promesas que fueron ganadas para ti a precio de sangre y dolor.¿ Eres hijo de Dios? Pues entonces es tiempo de hablar su palabra, orar la palabra, declarar la palabra, vivir la palabra. El poder está en tu boca. ¿ Sabes que eres lo que hablas? Lo que sale por tu boca, es un reflejo de lo que eres. ¿ De que hablas a diario? ¿ Vives en continua queja, crítica, hablando del problema? Eres lo que hablas. Empieza a impactar tu atmósfera con una palabra diferente, suelta la “quejabanza” y cambiala por la alabanza. Deja de hablar del problema y habla de las promesas. Usa el arma que tienes en tu boca provista por nuestro Padre celestial. Las palabras del Señor son espíritu y son vida, si las comienzas a hablar, todo tiene que cambiar. Declaro sabiduría y avance sobre tu vida, tiempo de reino, recíbelo. ¡ Bendiciones! .

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