La gracia y yo

1

Por años hemos aprendido a merecernos todas las cosas. Nuestros padres, maestros o personas de autoridad en nuestra vida, nos enseñaron el método de gratificación a través del esfuerzo. De acuerdo a como te comportes o al esfuerzo que hagas obtienes la recompensa. Es por eso por lo que se nos ha hecho tan difícil comprender y aceptar la gracia. Hemos querido adaptarle a la gracia nuestra propia visión. Así que, irremediablemente, le ponemos un poco de esfuerzo porque el ser humano siempre piensa que es muy bueno para ser cierto.

La obra de Jesús en la  cruz fue completa. No hace falta añadirle nada. Si requiriera algún esfuerzo o ayuda nuestra, no sería un regalo perfecto, y todo lo que Dios da, es perfecto. Por eso nos dio a su hijo, porque Él perfecto.

Deja de sentir que tienes que hacer algo para alcanzar y mantener la salvación. Lo que Jesús hizo fue por “el puro afecto de su voluntad” – Efesios 1:5. Recibe su amor y su gracia, sin sentir cargas ni culpas. Dios nos hizo imperfectos porque si fuéramos perfectos no lo necesitaríamos a Él. Así que para que toda la gloria sea de Él, necesita ser exhibida a través de vasos de barro como lo somos tú y yo. Nada se trata de ti o de mí, al final todo se trata de Jesús, porque Él es la gracia y el perfecto amor que cubre multitud de pecados. Y es para ti, para mí, para todos. La gracia de Dios sea contigo hoy.               

Related Posts

Leave a Reply

My New Stories