No te detengas

He despertado esperando un hermoso día de sol, y ese día llueve; me he preparado el mejor café en la mañana y lo he visto derramarse; he tenido puesta mi blusa favorita y la he manchado comiendo, en fin, ha habido muchas veces en mi vida donde las cosas no me han salido como he esperado. No importa si eres joven y tu vida está comenzando, es posible ver como muchos planes, proyectos y sueños se desvanecen. La realidad es que, es normal que tengas expectativas de cómo será lo que estas planificando hacer, o el proyecto que tienes en mente y al ver como las circunstancias, de las que no tenemos control, cambian todo lo que habías  pensado o planeado, se produzca en ti un sentimiento de frustración, decepción  o impotencia. Esto puede pasar en cualquier momento de nuestra vida. Un bebé aprendiendo a caminar, puede tropezar y caer. Un niño en escuela puede sentir que se preparó para su prueba y aun así no obtener la calificación esperada, un negociante puede estarse preparando para emprender un negocio y algún cambio imprevisto lo puede hacer perder lo que estaba por lograr. Bajo cualquier circunstancia y en cualquier momento de nuestra vida, podemos experimentar esto de lo que te estoy hablando.

La experiencia puede ser lo de menos, lo que marca la diferencia es lo que decides hacer con esa experiencia. El bebé aprendiendo a caminar, después de caerse, no decide no volver a intentarlo; porque algún alimento te haya caído mal, no dejas de comer; el tener un accidente de auto no hace que dejes de salir a pasear, y así con muchas otras cosas. En la vida se pueden presentar muchos resbalones, pero no por eso dejes que el plan o la meta se detengan. Si algo falló, vuelve a empezar.

La biblia nos habla de una mujer llamada Rut, quien después de un tiempo difícil, en el que había perdido su esposo y había salido de su lugar de origen, tuvo que comenzar de nuevo en todo. Pero no tuvo miedo, decidió ser esforzada, valiente, no se aferró a sentimientos de dolor, ni a recuerdos del pasado para justificarse y no volver a intentar una nueva vida. Y Dios la honró, hizo una vida nueva, tuvo la bendición de una nueva familia y el nombre de su generación hoy es conocido en las naciones.

No sé cuál podría ser la experiencia que estés atravesando ahora. Quizá tu mal momento pueda ser una decepción amorosa, la pérdida de algo material, un cambio de lugar en el que, por obligación, hay que comenzar de nuevo porque hubo que dejar atrás todo lo que tenías, haber reprobado una materia, un proyecto que estabas a punto de realizar, quizá recibiste una crítica que te dolió, tuviste un desacuerdo con alguien y eso te desanimó, no lo sé. La decepción, la frustración o la pena, pueden invadirte igual.  Pero hoy vengo a  decirte que, donde parece haber cenizas, Dios levanta su gloria, donde parece haber muerte, Él siembra su vida, donde parece haber un final, Dios crea un inicio, donde parece haber estancamiento, Dios mueve las aguas a tu favor.

Te toca decidir cómo procesas ese momento difícil. Tengo que decirte que quizás tu tienes planes, pero Dios tiene propósitos, y va quiere usar cada circunstancia en tu vida, positiva o negativa, para llevarte hasta ellos. Las cosas, después de un mal momento, no serán como antes, serán mejor si confías en Dios. Un mal momento no te hace un fracasado.   Es por eso que estoy hoy aquí para decirte que no marches atrás, que no te detengas. Nunca es tarde para volver a empezar. Haber tenido un mal momento te hace haber adquirido mayor experiencia.  Permite que esta experiencia te sirva para crecer y no lo contrario. Si puedes confiar que Dios te ama, que Dios la usará para traer crecimiento a tu vida. Lo que hoy parece un momento de dolor, de pérdida, de tristeza, Dios lo va a usar para añadir crecimiento y abundancia  a tu vida. ¿Lo puedes creer? Déjame reglarte una palabra que viene a mi corazón cada vez que quiero rendirme en algo: “He aquí yo hago cosa nueva; pronto saldrá a la luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Isaías 43: 19. Esfuérzate y se valiente, porque Dios está contigo.  

Hoy vengo a decirte que viene un tiempo de avance, en el que puedes decidir montarte o sencillamente verlo pasar. Pero hoy tienes que verte con la capacidad para ir por más. Déjale la pena y la lastima a los que no quieren crecer o avanzar. Este puede ser el mejor momento de tu vida si decides mirar hacia adelante y ver a Jesús, en lugar de mirar hacia atrás y sentarte a llorar. Hoy declaro que lo vas a lograr, porque ya en el cielo te vieron venciendo. Bendiciones