Sacar la selva de Tarzán

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Sacar a Tarzán de la selva quizá no sea tan difícil.  Pero ¿qué tal,  sacar la selva de Tarzán?  Son 2 cosas totalmente distintas. No importa si eres nuevo creyente o uno de más madurez y tiempo en el Señor, el crecimiento y la transformación no se detienen.  Hay hábitos y costumbres que suelen ser fáciles de soltar. Pero hay algunos que, por alguna razón parecen tomar más tiempo.  La realidad es  que hay cosas que no queremos cambiar, hay actitudes en las que nos acomodamos y siempre le encontramos alguna maravillosa justificación. Hay costumbres a las que estamos tan acostumbrados que están adheridas a nosotros y cuando llega la palabra y las confronta, se nos dificulta reconocer que las tenemos que soltar. Porque, reconocer a Cristo como Señor y Salvador, es un beneficio y regalo que todos queremos, pero cuando nos toca desaprender la pasada manera de vivir para acatar la vida que nos quiere enseñar la palabra, ponemos un freno. Y oramos: “Señooooor, quiero que llenes mi vida con tu presencia, que haya más de ti y menos de mí, que yo mengue para que tú crezcas”.  Entonces, ahí está Dios, con la oración contestada, tratando de decirte que ya todo eso está disponible para ti, que solo tienes que hacer espacio. Porque lo nuevo de Dios para tu vida, no se puede acomodar con lo viejo del mundo. Por eso dice su palabra: “no os conforméis a este siglo, sino renovaos”…

Entonces la pregunta es: ¿Estás listo y dispuesto para hacer espacio para lo nuevo de Dios? Si estás deseando lo nuevo de Dios para tu vida, entonces tengo noticias para ti: Él tiene todo nuevo para ti, pero tú nueva vida, te costará la vieja. Las dos no caben en el mismo espacio. Por lo tanto, hay hábitos que vas a tener que soltar, hay amistades que tienes que dejar, hay lugares que ya no debes visitar, hay conversaciones que ya no debes tener, hay pensamientos que necesitas eliminar, hay palabras que ya no deben estar en tu repertorio. En fin, el Espíritu te irá mostrando aquellas cosas que deben ser removidas de tu vida para poder hacer espacio para lo nuevo de Dios.

Si lo quieres, tómalo, es tuyo.  Tu nueva vida ya fue ganada en la cruz del calvario a precio de sangre. Así que lo menos que Dios espera es que hagas espacio para que puedas tener la plenitud de esa vida, Por eso no le llama simplemente vida, le llama vida en abundancia.  Es mucha, es grande, es nueva y necesita espacio y limpieza, por eso, te va a costar la vieja.

No esperes más, no se trata de un proceso, se trata de una decisión que tomar. El reino de los cielos se hace fuerte y solo los valientes lo arrebatan. Suelta ya lo viejo, no te conformes con sacar a Tarzán de la selva, saca la selva de adentro de Tarzán y haz espacio, no te arrepentirás. Declaro sobre tu vida la unción de lo nuevo de Dios, de lo sorprendente, de lo inusual, de lo sobrenatural. En Él siempre hay mucho más, solo espera que tú lo quieres, porque ya está conquistado. Ven y tómalo. Suelta lo viejo y comienza a vivir la nueva y mejor vida que Dios tiene para ti. Bendiciones.

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