Sólo di que si

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Aun siendo jóvenes, siempre es un buen momento para poder comprender cuanto Dios me ama y cuanto formo parte de sus planes para este mundo. Es muy posible que muchas veces por ser jóvenes, no podemos mirarnos como parte del plan de Dios. Pensamos que nuestra edad es una limitación  y no nos sentimos con la madurez o la capacidad suficiente para poder ser usado por Dios. Nada más lejos de la verdad. David tenía cerca de 17 años cuando fue separado para ser rey de Israel. Su hijo Salomón, quien fue su sucesor en el trono, tenía cerca de esa misma edad cuando comenzó a reinar. Josías, otro rey muy conocido de Israel, comenzó a reinar a los 8 años. ¡Impresionante!

Es muy posible, que a esa edad, haya habido en sus corazones algunas dudas, temores, inquietudes, porque eran muy jóvenes y quizá lo menos que estaba en su mente era tener tanta responsabilidad en sus manos.  Pero definitivamente, Dios no estaba mirando ese detalle.

Quizá hoy tú mismo, sin importar la edad que tengas, no te sientes con la capacidad suficiente para ejercer el llamado de Dios. Muchas veces miramos a nuestros pastores o a nuestros líderes, ejerciendo una función que parece de tanto peso o de tanta responsabilidad, que pensamos que si nosotros estuviéramos en esa posición, no podríamos hacerlo.

Es ahí donde entra el poder confiar en Dios y en lo que Él ha puesto en nosotros. Quiero decirte que, en momentos como esos, nuestros sentidos nos engañan. Es muy posible que todos nuestros sentidos nos digan que no estamos listos para servir en el plan de Dios. Hemos sido invadidos de ideas que nos llevan a pensar todo lo contrario. Nos llevan a mirar nuestra edad, nuestra situación económica, lo que dirá la gente con la que me rodeo, nuestro poco conocimiento o  quien sabe cuántas cosas más. A veces, sin que tenga que ver nada con la edad, nos sentimos tan pequeños e insignificantes, nos vemos a nosotros mismos como carentes de valor, no merecedores de ser escogidos por Dios para servir en su obra.

Es importante que sepas algo, y es que Dios te escogió a ti, contando con tu sí. Porque, cuando tú le dices que si al Señor, y lo escoges a Él, por encima de pensar en todas las ideas que te limitan, entonces entra en función su gracia. Y su gracia es la manera de Dios decirte: Por tus propias fuerzas, por tu propio conocimiento, con tus propios recursos, no lo vas a hacer, pero a través de mi hijo, lo vas a lograr, deja que mi hijo te muestre como hacerlo y todo saldrá bien.

Dios tiene un plan maravilloso para este tiempo y los jóvenes están en su corazón para llevar a cabo el mismo. Él está mirando corazones y mentas frescas, innovadoras, atrevidas, que se atrevan a confiar en Él. Una generación de valientes que se atrevan a decir: Heme aquí, envíame a mí. 1 Juan 2: 14-15 dice: 14 Les he escrito, padres, porque han conocido al que existe desde el principio. LES HE ESCRITO, JÓVENES, PORQUE USTEDES SON FUERTES, TIENEN LA PALABRA DE DIOS ARRAIGADA EN SUS CORAZONES Y HAN VENCIDO AL MALIGNO.15 No amen al mundo ni lo que hay en él. El que ama al mundo no ama al Padre. (Nueva Biblia Viva) Los jóvenes son la fuerza que Dios está llamando para este tiempo, y dice que tienen la palabra de Dios arraigada a sus corazones y han vencido al maligno. Dios los vio venciendo, superando los obstáculos, cumpliendo con su propósito, escogiéndolo a Él por encima de este mundo y lo que ofrece. ¿Puedes ver a Dios contando contigo para sus planes?  ¿Puedes verte como parte importante en  el plan de Dios? ¿Puedes creer que Él es capaz de darte lo que pareces o crees no tener para cumplir su propósito? ¿Puedes verte escogiendo a Dios por encima de todas las ideas que parezcan ser contrarias? Hoy te invito a que le digas a Dios que sí. Nada traerá mayor satisfacción a tu vida, que saberte usado por Dios, que haberle dicho como le dijo su propio hijo sin temor: Padre, heme aquí, envíame a mí. Dios quiere contar con tu si, Él solo necesita un corazón dispuesto y valiente que sepa que, a través de su hijo, el plan será completado hasta el final, porque su gracia es mayor y te lleva a cumplir por encima de todo. No lo olvides. Bendiciones.    

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