Tiempos de Dios

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Cuando pensamos en los tiempos de Dios, tratamos de ver a Dios metido en nuestras agendas, en nuestros calendarios, en nuestros planes. Limitamos a Dios a nuestros tiempos, pero no conocemos los suyos. Los tiempos de Dios distan mucho de los tiempos que nosotros conocemos. Giran y se mueven muy distinto a los nuestros. Generalmente preparamos una agenda y unos planes y los presentamos a Dios para que Él los apruebe o los bendiga. Pero no nos sentamos y le decimos a Dios: sácame de mis tiempos y méteme en los tuyos. Podrías sorprenderte de como Dios podría cambiar tu agenda y tus planes. Eso no es algo a lo que todos estamos dispuestos. Si anhelas el descanso en los tiempos de Dios, necesitas conocer los tiempos del Dios que sabe dar descanso. Deja que su tiempo invada el tuyo y todo lo que conoces hoy será transformado. La gracia de Dios sobre ti en este día.

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