Toma tu lugar

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La palabra que quizá necesitas escuchar en este tiempo es “gracia”. Muchos se niegan a hablar de la gracia porque suelen verla como libertinaje, como la licencia para pecar. Nada más lejos de la verdad. Cuando comienzas a conocer la gracia, te das cuenta que detrás de ella hay un solo nombre: JESÚS. La gracia es Jesús, Jesús es la gracia. Cuando el hombre vivía en su naturaleza caída por el pecado de Adán, Dios buscó entre los hombres alguno que se pusiera en la brecha, pero dice que no lo encontró: “Busqué a alguien que pudiera reconstruir la muralla de justicia”- Ezequiel 22:30. Cuando lees estos versículos y comienzas a entender la palabra de Dios y su maravilloso plan, te das cuenta que el deseo de Dios nunca ha sido destrucción, su anhelo siempre ha sido una relación con su creación. Él quiere que tú y yo seamos y vivamos como lo que Él diseñó desde el principio, sus hijos.  Jesús oró al Padre y le pidió: “…que todos sean uno, así como tú y yo somos uno… y que ellos estén en nosotros”- Juan 17:21. El anhelo de su corazón estaba muy lejos de destruir y de castigar al hombre, por el contrario, era hacernos uno con Él. Jesús fue el plan perfecto de Dios para lograr eso, su obra restauró al hombre a su posición original en este plan. Jesús nos trajo de muerte a vida, por eso Él es la resurrección y la vida. No es una religión lo que vino a traernos, sino una relación de amor, de familia al unirnos a Él y a unos con los otros en un mismo cuerpo,  en un mismo espíritu.

Efesios 2:6 dice que: “JUNTAMENTE con Él nos resucitó, y asimismo (del mismo modo, igualmente) NOS HIZO SENTAR en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Esto habla de gracia, nada lo hizo porque tu o yo hiciéramos algo para merecerlo o ganarlo, lo hizo por el puro afecto de su voluntad (Efesios 1:5).

¿A dónde quiero llevarte? Anhelo que puedas ver con claridad que la obra consumada de Jesús está accesible para ti, no importa quien seas. Fuiste sentado en la silla juntamente con Jesús y bendecido con toda bendición que ya Jesús conquistó para ti. De eso se trata la gracia, de lo que ya Jesús logró y tu solo tienes que recibirlo. Él alcanzó para ti la salvación, no tienes que comprarla, solo reconócelo como tu salvador. Alcanzó para ti la sanidad, ¿Qué haces luchando con la enfermedad? Nos dio el poder para atar y desatar, ¿Qué haces luchando y agotándote con cada situación? Si hoy te ves en una lucha continua, te sientes cansado, sin fuerzas, sin esperanza, es muy posible que no estés ocupando tu silla, en la que te hicieron sentar. Fuiste creado para gobernar con Jesús, no es una herejía, lo dice la Biblia.  Tienes una silla en los lugares celestiales, donde no existe derrota ni cansancio, ni enfermedad. Las promesas de la Biblia son aquí y ahora, no en una vida futura. El reino está aquí para ser vivido y manifiesto a través de nosotros. Ven, siéntate en la silla, si no la ocupas te verás luchando hasta el cansancio, tratando de alcanzar lo que ya Jesús logró para ti. Hoy Él te está llamando a su descanso, toma tu lugar, siéntate en la silla. Bendiciones.

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