Tu vales más

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“No des cosas sagradas a los perros. Solo se volverán y te lastimarán. Y no arrojes tus perlas a los cerdos. Solo los pisarán”.

Mateo 7:6

Meditaba en la reflexión de este joven, cuyo padre le obsequió, al graduarse, un viejo auto que poseía. Antes de dárselo formalmente le pidió que lo llevara a varios lugares para ver cuanto le ofrecían por el mismo. Lo llevó a un lote de autos usados y allí le ofrecieron $1,000.00 dólares por el auto ya que estaba muy desgastado. Lo llevó a una casa de empeño y allí le ofrecieron solo $100.00 dólares por que era un auto de muchos años. Finalmente lo llevo a un club de autos antiguos, donde había muy similares a este. Allí le ofrecieron $10,000.00 por el auto, ya que era una reliquia muy buscada entre ellos, y muy bien conservada a pesar de los años que tenía. El joven muy impresionado, fue a contarle a su padre lo ocurrido y cómo se había sentido al escuchar lo que le dijeron en el club de autos. Finalmente, el padre le dio el auto al muchacho, dejándole saber que había aprendido la lección de que solo la gente correcta y en el lugar correcto van a poder reconocer tu valor.  El joven, después de conocer el valor de lo que tenía en sus manos lo valoraría y apreciaría mucho más.

Lo mismo pasa con nosotros. Andamos por la vida esperando ser valorados y apreciados por aquellos que no conocen nuestro valor. Nos hemos acostumbrado a un trato por debajo de lo que merecemos, sin entender lo valioso que somos. Y si nosotros mismos no podemos valorar lo que somos, no podemos esperar que otros lo hagan, porque la gente te va a tratar de acuerdo con como tú se lo permitas con tus mismas acciones para contigo mismo.

La pregunta es: ¿Por qué no puedo darme el valor que realmente tengo? Pues, hoy te lo quiero contestar: Porque no has podido entender el valor que te dio aquel que te creó. Si quieres conocer tu verdadero valor, tienes que conocer el corazón y las intenciones de quien te creó. El problema es que seguimos buscando aprobación y valor en los lugares y con la gente incorrecta. Vales mucho más de lo que puedes ver en ti mismo.

Llega a mi mente un refrán que escuché en una campaña en beneficio de los niños hace muchos años que decía: “Yo sé que soy alguien, porque Dios no hace porquerías”. No fuiste un accidente de la vida, indistintamente de cómo te puedas ver a ti mismo o sentirte. Si pudieras conocer el corazón de aquel que te creó y el propósito para con el que lo hizo, no necesitarías aprobación o aceptación de nadie más. Dejarías de tratarte a ti mismo por debajo de lo que mereces y tomarías decisiones que cambiarían y redireccionarían tu vida.

La palabra dice en Mateo 7:6 – “No des cosas sagradas a los perros. Solo se volverán y te lastimarán. Y no arrojes tus perlas a los cerdos. Solo los pisarán”.  Y aunque suene un poco fuerte, la realidad es que esto mismo sucede con nosotros. No hemos entendido que solo el amor de aquel que nos creó nos hizo merecedores de su gracia irresistible, porque solo él conoce el valor de lo que creó.

Cuando puedas encontrar tu valor en él, entonces sabrás darte el valor que tienes y ya no será importante buscar la aprobación o la valoración de otros. Porque, …vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad – Colosenses 2:10

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