Y tú, ¿Qué ves?

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Ciertamente estos han sido días de angustia y preocupación para muchos. La sensación de temor y de inseguridad ha crecido en medio de nuestra gente y pareciera no haber buenas noticias por ningún lado. Aun los chistes que se escuchan, dejan ver el desasosiego y la frustración por todas partes. No hemos experimentado menos de lo que la biblia nos habla que habrá de acontecer: Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.

Pero fíjate que en el mismo versículo nos dice: “MIRAD QUE NO OS TURBÉIS”. Quizás piensas que es dificil no estar turbado o preocupado al ver pasar todas estas cosas. Pero la realidad es que si nuestra mirada y confianza no está puesta en Dios, nos vamos a turbar.

Todo esto me hace recorder una palabra que me gusta mucho y me ha sostenido en momentos difíciles, Isaias 61:3 dice: “a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya”.

No sé cuán afligido, angustiado, preocupado puedas estar hoy, pero yo tomo esa palabra para mi. Ha sido mi decisión escuchar y leer las noticias del cielo, y las noticias del cielo me dicen que donde hay cenizas y destrucción es donde se levanta su gloria.

Puedes quedarte enfocado en las cenizas, puedes vivir en la preocupación, pero debo decirte que eso no aportará en nada. Pero, si puedes comenzar a ver la gloria que Dios quiere levantar en medio de las cenizas y de lo que parece destrucción, y puedes declarar por tus labios su amor y su misericordia y creer que sus planes son planes de bien y no de mal, entonces vas a ver su gloria, porque Él apresura su palabra para ponerla por obra. Yo no sé lo que tu ves, pero yo veo su gloria, veo su luz, veo su amor, veo su gracia, siento su paz y no habrá situación que me haga ver otra cosa. Al final, como dice mi pastor, “todo se trata de ver a Jesús y no a la circunstancia”. Si lo puedes ver a Él, verás la circunstancia transformada. Bendiciones.

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