El diseño de la eternidad cobra un grito fuerte cuando vas descubriendo quien eres y para que fuiste creado. Cuando no apagas esa voz, que es la voz del Creador, entiendes que eres un ser espiritual con una experiencia humana. Una experiencia que no puede apagar el sueño de Dios en mi. Soy un sueño de Dios y quiero vivirlo como Él lo soñó. Porque mi sueño es que su sueño se cumpla.
Comencemos este “blog” como si tú lo fueras a escribir. De todas formas lo hice pensando en ti. Mientras pensaba en las mil ideas que se me podían ocurrir para crear un espacio como este, venían a mi mente cuantas cosas en este mundo faltan por escribir y por ser hechas. Nuestra mente, no importa cuán creativos seamos, cuantos logros tengamos, cuan grandes hayan sido nuestros alcances, es pequeña, limitada.
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