No temas ser diferente.

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Una de las cosas que más experimenta la vida de un joven es la presión de grupo. Hay conductas o prácticas que parecen ser lo normal en sus vidas y de buenas a primeras parece que se tiene que convertir en la norma de todos.  ¿Por qué no hacerlo si todos lo hacen? ¿Qué de malo puede tener? ¿Por qué esperar que me cuenten si puedo vivir mi propia experiencia?  Aprendí en mi juventud que no porque todo el mudo lo haga es lo correcto, tampoco porque muchos no lo hagan quiere decir que está mal.  Seguir la corriente y dejarse llevar por la presión, es bien fácil. La realidad es que lo que no es fácil, es ser diferente.

Ser diferente puede hacerte ganar el rechazo de un grupo, su crítica o hasta la posibilidad de insultos o palabras despectivas. Recuerdo que en mis tiempos se usaba mucho la expresión: “que charro eres”. Dependiendo del reto que se enfrentaba en el momento, también solían decir al que no participaba: “eres una gallina”. El asunto era presionar al joven hasta persuadirlo para que cediera a lo que los demás hacían.  En la medida que pasan los años, puede que los retos sean diferentes, porque cada generación es distinta, pero lo presión que se enfrenta, sigue siendo igual.

La palabra, que es rica en ejemplos que podemos mencionar, habla de 4 jóvenes que no tuvieron temor alguno de ser diferente, se llamaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Estos jóvenes eran parte de un escogido para ser presentados al rey, por lo cual iban a vivir bajo el cuidado de los hombres del rey. Su alimentación iba a ser de los manjares del palacio. Pero ellos pidieron, no comer esa comida, ya que sabían que la misma era presentada a ídolos. Ellos pidieron comer solo legumbres y agua, mientras los demás comían de la comida del rey. Sorprendentemente lucían mucho más fuertes y robustos que el resto de los jóvenes y Dios los honró, porque Dios honra a los que le honran a él. Daniel 1:17 dice: “A estos cuatro muchachos Dios le dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños”.

Hoy podrías estar enfrentando presión para ser parte de los que corren hacia el mismo lugar. Quizá eso es “nice”, como solemos decir. Pero ¿Cuánto te atreves tu a ser diferente y caminar en la dirección contraria de lo que la presión demanda de ti? ¿Has analizado realmente el valor que se requiere para ser diferente?  ¿Qué tendría de malo no hacer lo que hace el resto del grupo? ¿Prefieres ser uno más del montón o realmente tienes agallas para ser diferente? ¿Por qué cuando soy diferente me siento que no soy especial? ¿Por qué eso me hace sentir inferior? ¿Por qué no puedo pensar que estoy marcado para un propósito especial? Si, porque para ser diferente hay que tener agallas, carácter, auto control, seguridad, firmeza, valentía. Ser uno más del montón no te hace sobresalir, te hace ser corriente. Quizás en el momento te hace sentir bien el hecho de haberte sentido aceptado y aprobado, pero luego podrías estar cargando con sentidos de culpa, vergüenza, dolor, fracaso. Entonces, es importante evaluar lo que quieres para tu vida.

Hoy el mundo está anhelando gente diferente. Escucho jóvenes continuamente expresar cuan defraudados o frustrados se sienten con los sistemas de gobiernos, con la generación que los precede. Hablan con vergüenza de sus abuelos y padres por ser generaciones cuyas decisiones hoy marcan un daño en nuestra sociedad. No los culpo por eso. Pero, antes de levantar tu dedo para señalar lo que te parece incorrecto, pregúntate, cuan diferente estás dispuesto a ser tu. ¿Cuan dispuesto estás a enfrentar presiones y, antes de pensar en cuan aceptado quieres ser, puedas pensar en cuanta diferencia quieres establecer?

De los que siguen la corriente, no se ha escrito nada diferente, los que hacen historia son los que se han atrevido a decir que no, no voy a ser igual. Dios me hizo único, con características diferentes, con sueños y metas diferentes, con anhelo de cosas mayores. De los que estaban en el palacio del rey comiendo la comida del rey, parecían ser lo importante en ese momento, pero de ellos hoy no estamos leyendo nada, no hay recuerdos ni historia, pero de aquellos 4 jóvenes que tomaron la decisión de no ser iguales, hoy estamos aprendiendo una lección de vida y sabiduría. Así que hoy te invito a que salgas del montón, de lo común, de lo corriente, de lo usual, de esos ya hay muchos. Vamos, atrévete a escribir una nueva historia y atrévete a ser diferente. Bendiciones.

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