Toma más de mi

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Le era necesario pasar por Samaria. Aun cuando había una separación entre los judíos y los samaritanos, a su regreso a Galilea, Jesús pasó por Samaria. Cualquier otro judío hubiera tomado otro camino, porque para los judíos, los samaritanos eran un pueblo contaminado. En ese momento era un pueblo idolatra que se había alejado de la verdad de Dios y hasta ese momento ya habían tendido 5 dioses fuera de Dios.  Pero Jesús ya tenía un plan, porque El no hacía nada por hacerlo, todo tenía un propósito claro. Y allí se encontró con la samaritana. Y al entrar en contacto con aquella mujer, de inmediato logró lo que Él fue a provocar: sed. Aquella mujer fue sorprendida de que Jesús le pidiera de beber, y termino descubriendo que quien tenía sed realmente era ella. En medio de la conversación sus palabras a Jesús fueron: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Jesús la envía a buscar a su marido, a lo que ella responde que no tenía marido, y Jesús la confronta diciéndole: “Bien has dicho, porque 5 maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido”.

Comúnmente, en la palabra, la mujer simboliza la iglesia, así que viéndolo desde ese punto, esta mujer representaba 2 cosas que quiero resaltar: el pueblo samaritano que estaba contaminado don idolatría y hasta aquel momento ya había reemplazado a Dios con 5 diferentes dioses,   y a la iglesia, que de la misma forma, aun siendo la iglesia, también se ha contaminado con idolatría. Pero Jesús de inmediato trajo la solución a la situación de aquella mujer. Jesús sabía perfectamente lo que aquella mujer necesitaba y Él lo tenía. Ella necesitaba el agua que salta para vida eterna y esa agua solo Él se la podía dar. El agua representa la palabra, limpieza, pureza, vida. Jesús mismo se presentó como el agua de vida en Juan 7 cuando dijo: Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”.

Quizá tú mismo no te estés mirando como una persona idolatra, porque cuando pensamos en idolatría, de inmediato pensamos en imágenes, ídolos construidos o diseñados para ser erróneamente reconocidos y adorados como dioses que reemplazarían el lugar de nuestro Dios. Pero, la realidad es, que si somos honestos y escudriñamos nuestra vida, hay idolatría en nosotros, porque Idolatría es todo aquello que escogemos por encima de nuestro Dios y eso nos incluye hasta a nosotros mismos. ¿Cuántas cosas no escogemos a diario por encima de Dios? Nuestro trabajo, nuestra familia o amigos, nuestra diversión, nuestro descanso. Pero todo justificado con un: “Dios entiende”, “Dios sabe”, “Dios conoce mi corazón”. Cierto, Dios lo sabe todo, nada lo toma de sorpresa. Por eso para cada situación, tiene una respuesta o una salida.

En esta ocasión, viene a ofrecerse Él mismo. Él sabe que necesitas escoger por Él, que lo necesitas a Él.  Al igual que hizo con aquella samaritana, que vino a limpiar su vida, y a usarla para repartir de lo que Él le dio (porque ella no pudo evitar salir corriendo para decirle a todos como Jesús había saciado su sed), hoy viene para limpiar la tuya. Jesús le estaba diciendo a aquella mujer, si tienes sed, TOMA DE MÍ, si tomas de mí, no tendrás sed nunca más. Y no solo no tendrás sed, tendrás para dar, porque  Él es agua que salta, lo que implica que tiene vida , no solo para ti, sino también para todo el que se acerque con sed. Si Él no es el centro en cada área de tu vida, tú tienes sed. Por eso hoy necesitas tomar más de Él. Mientras más tomes de Él, mas tendrás para dar, porque estarás lleno con el agua que salta para vida. Hoy yo declaro que tu sed es saciada y tu vida se limpia con las aguas que saltan para vida eterna, que hoy tomas más de Él y entregas más de ti. Porque de eso se trata. Ora conmigo en esta sencilla oración: Señor, toma más de mí y dame más de ti. Veras tu vida ser transformada y nunca más serás el mismo. Bendiciones.

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