Tu escoges

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Fui maestra de clases de preparación para el parto, en una escuela para padres, por alrededor de 5 años. La misma era dirigida por la mejor maestra y consejera  que conocí (de quien aprendí), la Rvda. Loyda Torres. Fueron muchas las experiencias que marcaron mi vida durante esos años y muchos los padres que conocí, ansiosos y deseosos de hacer de la experiencia del parto una sin igual. No importa cuántos hijos tengas, cada experiencia es única. Al igual que lo es cada individuo con su propio diseño de la maravillosa creación de Dios.  El momento del parto es diferente para cada individuo en la sala del parto y hay una labor distinta, manejada desde su propio conocimiento y perspectiva. Mamá tiene un rol irremplazable y de mayor responsabilidad, pero eso no excluye a papá de una gran responsabilidad. Al fin y al cabo, este bebé es el producto de la unión de ambos, lo que le añade responsabilidad a cada uno. Generalmente, unos padres primerizos, llegan a la experiencia del parto con muchas inquietudes, dudas, temores y expectativas de cómo será esa experiencia, como ocurre con todo lo que vas a hacer por primera vez. Ciertamente,  son muchas las voces que escuchan unos padres embarazados (porque ambos están embarazados) que suelen ocasionar en ellos todo tipo de emociones que no saben cómo manejar. Eran muchas las preguntas que surgían en cada clase, muchos los temores expresados a través de cada pareja y muchas las historias que llenaban la cabeza y el corazón de cada padre que allí iba a prepararse. La experiencia de cada uno es única e inigualable.

Había algo único en lo que coincidían cada uno de ellos, estaban allí porque no se sentían preparados para enfrentar la experiencia del parto. Era impresionante ver cuánto desconocimiento y preocupación había con relación a este tema. Una pareja embarazada, generalmente comienza a buscar información acerca de todo el embarazo, desarrollo del bebé mes por mes, cambios físicos para la mujer, alimentación adecuada, cambios hormonales entre otras cosas. De la misma forma, escuchan mil anécdotas de otras parejas que, con tanto cariño y buena intención, comparten su fatídica experiencia, llenando a los futuros padres de angustias, y temores, preocupados por que no quieren repetir una experiencia tan  poco agradable.

Entonces, como maestra, después de escuchar las preocupaciones de cada uno de ellos me tocaba llevarlos a una realidad: Te toca escoger a ti la experiencia que quieres tener en este proceso. Quizás me dirás: Eso es imposible, porque tú no sabes cómo van a ocurrir las cosas dentro de tu proceso.  Y tienes toda la razón, hay cosas que no vas a saber hasta que llegue el momento. Pero si puedes saber cómo responder o reaccionar ante cada una de ellas. La mayor amenaza dentro de esta experiencia se llama temor, y está basado en el desconocimiento que tiene cada pareja al no entender que están completamente diseñados y equipados con todo lo que necesitan para manejar esa experiencia. El diseño de la mujer la prepara para tener esta experiencia y manejarla con altura desde el principio hasta el final y hacer del parto una experiencia de disfrute, si, de disfrute, en lugar de una de dolor. Pero, el haberse abierto a tantas voces de frustración, de dolor, de impotencia, lleva a cada pareja a repetir una experiencia de dolor porque eso parece ser lo normal.

Así mismo nos pasa en la vida, escuchamos tantas voces de frustración, desesperanza, desánimo, desaliento, dolor, cansancio, que pensamos que eso es lo normal.  Y hoy tienes que entender que la experiencia de vida de otros no define la tuya. Lo que canse a otros no tiene que cansarte, lo que frustra a otros, no tiene por qué hacerlo contigo. No tienes por qué repetir la experiencia amarga de nadie solo porque eso parece lo  “normal”. Tú puedes escoger. Dios te equipó y diseñó con todo lo que necesitas para vivir y enfrentar cada experiencia de vida con un diseño único para ti. No dejes que las malas experiencias de otros, echen a perder tus propias experiencias de vida, no importa qué rol ocupan en tu vida, bien sean tus padres o familiares, buenos amigos, líderes o gente cercana. Cada ser humano es único y responsable de escoger, sin dejarse contaminar por las experiencias de otros. La vida está llena de colores para escoger, escoge los colores  de tu paleta y no permitas que nadie intente cambiarlos. Dios puso colores hermoso en tu paleta, úsalos y dale el mejor color a la vida usando el diseño que Dios creó para ti. Bendiciones.  

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