En el lugar que trabajo tenemos el beneficio de un salón comedor muy cómodo. Tiene algunos hornos para calentar, nevera, un amplio fregadero, suficientes mesas, İah! y una cafetera. Tenemos el beneficio de poder preparar allí nuestro propio café. Cualquiera de nosotros que quiera café, lo puede preparar y casi siempre tenemos café accesible y disponible. Hace algunas semanas atrás, uno de nuestros compañeros preparó el café y cuando una de nuestras compañeras se fue a servir una taza, se percató que todo el café, se había llenado de la borra. No había manera de tomarlo, la borra se salió del área del filtro y fue a dar a la taza que recoge el preciado líquido. La realidad es que nos reímos del evento cuando una de nuestras compañeras hizo el comentario de que lo que se había preparado era un “scrub” para la garganta. Demás está decir que tuvimos que botar ese café y preparar uno nuevo porque no podíamos tomarlo así. Soy amante del café, es una de las cosas que más disfruto y espero el momento para poder disfrutarlo. En ocasiones, un pequeño descuido en cómo queda acomodado el filtro de la cafetera, ha permitido que un café se eche a perder por caer la borra dentro del el líquido.
Así mismo ocurre con nuestra vida. ¿Cuántas cosas han sido echadas a perder por permitirnos el pensamiento o el escuchar la voz incorrecta? ¿Cuántos planes hemos soltado? ¿Cuántos proyectos hemos postergado? ¿Cuántas cosas hemos dejado de disfrutar? ¿Cuántas metas hemos dejado ir como una chiringa que se suelta de nuestras manos para nunca regresar? ¿Cuánta frustración hemos guardado? ¿Cuántos sueños rotos y engavetados, sin poder disfrutar, tenemos?
Al igual que mi café, echado a perder por la borra, también he tenido muchos sueños y anhelos, echados a perder por uno o varios pensamientos que entraron para sabotearlos y prohibirme de disfrutarlos. Pensamientos que me han llevado a ver las limitaciones en lugar de las posibilidades, pensamientos que me han hecho verme por debajo de lo que soy y de que lo que valgo, pensamientos que me han desmotivado hasta drenarme y dejarme sin las ganas de seguir adelante con los sueños que en muchos momentos he tenido. Voces de personas que se han rendido y han querido poner sobre mí su frustración, de personas que encuentran un problema para cada solución y no al revés, voces pesimistas, que nunca dicen nada positivo y te cargan quitando toda tu energía y fuerza.
Hasta que entendí que un pensamiento o una voz va a tener en mi, la fuerza o el empuje que yo le permita tener. Y la mejor forma de apagar un pensamiento que te debilita se encuentra en una porción de la palabra que te quiero compartir: “En fin, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso“. Filipenses 4:8. Esta porción nos dice exactamente en donde debemos mantener nuestro pensamiento. Así que si te carga, si te drena, si te desanima y te quita el empuje, entonces es hora de un cambio de pensamiento. Proverbios 23:7 dice: Pues como piensa dentro de sí, así es él. Lo que quiere decir que eres el resultado de lo que piensas. Porque como piensas, hablas y según hablas, actúas y así obtienes el resultado de vida. Por lo tanto te toca escoger tus pensamientos y en la palabra tienes el mejor filtro. Ya no dejes más que la borra eche a perder tu café, es hora de disfrutar lo que tanto has esperado. Usa un buen filtro y permite que lo mejor entre en tu mente, llénate de pensamientos de luz, de paz, de fuerza, de amor. Estamos hechos para tener la mente de Cristo y la mente de Cristo, jamás se rinde, no se frustra, no se deja contaminar. Debes saber que lo que entra en tu mente toca tu corazón y si es un pensamiento incorrecto, te va a contaminar, por eso eres responsable de lo que le das cabida. Escoge bien y chequea tu filtro. Si lo haces, comenzarás a tener mejores resultados, mayores logros y menos frustraciones en tu vida. Dios te diseñó para grandes cosas, no te conformes con menos. Bendiciones.
