Por: Pastora Aida Muriel
¿Dónde están los que te acusan? ¿Dónde están los que no creen que tu puedes, que tu vales y que eres especial? ¿Dónde están los que intentan destruir tu dignidad, robar tu gozo y exponer tus debilidades al mundo?
Cara a cara con Jesús toda acusación pierde fuerza, no tiene poder. Jesús, es la Gracia.
Él escogió amarte primero, aún antes que nacieras. Te hizo especial para él. Puso un propósito eterno dentro de ti y escribió los códigos para que llegues a tu destino. No satisfecho con eso, derramó su sangre y entregó su vida para que tú pudieras vivir en plena libertad, en paz y en victoria.
Tú eres valioso. Tu eres obra de sus manos. El pagó el precio por tu salvación y te acercó al Padre. ¡Tú eres su obra maestra!
No permitas que personas, palabras o situaciones te digan o te hagan sentir que tu no vales, que no eres lo suficientemente bueno y te traten con desprecio. Muchas cosas en la vida intentarán robarte tu identidad, tu autoestima y tus sueños. Si tu mismo no te valoras, serás presa fácil de cualquier devorador. Hoy te digo, que tu valor trasciende este mundo y esta realidad, tu valor es Cristo. Tú eres el reflejo de su gloria. Cree su palabra, cree en su amor. Toma un espejo y mira la obra de sus manos, recuerda todo lo que has vencido para llegar a donde estas. Él te ha visto en todos los momentos de tu vida, buenos y malos, y nunca te ha abandonado. Entonces, vuelvo a preguntarte: ¿dónde están los que te acusan?
Levanta tu cabeza en alto, sonriele a tu creador y dale gracias por su amor. ¡Tú vales!
