Los quiero nuevos

5

Hace algunos días, mis zapatos preferidos para ir a trabajar se rompieron.  Estuve mirando la manera de arreglarlos, pero definitivamente, por la forma como se rompieron y por el estilo que eran, ya no tenían arreglo.  Aunque sabía que no los iba a poder arreglar, los puse en una esquina de mi closet y los deje allí. Unos días más tarde, estaba empacando unas cosas para una salida y un familiar me ayudaba y me preguntó: ¿y estos zapatos, te los vas a llevar? A lo que le contesté, no sirven, se me rompieron. Sabrás que la siguiente pregunta obligatoria fue: ¿y, porque no los has botado? Me pasaron muchas cosas por la mente, pero te aseguro que ninguna respuesta lógica que le convenciera de porque, si yo sabía que los zapatos ya no servirían más, aún seguían en mi closet.  Finalmente los tomé, los eché en una bolsa y los tire a la basura.

Pero esto me hizo cuestionarme y pensar, en cuantas cosas permanecen en nuestras vidas, ocupando un espacio, aún cuando sabemos que ya no sirven, que ya no tienen nada para brindarnos. ¿De cuantas cosas o personas nos apegamos aun sabiendo que ya no deberían estar ahí?   Y no me refiero solo a cosas materiales. Hablo de la vida en general. Cuantas relaciones mantenemos, que aun sabiendo que no sirven, las conservamos por pena, por no saber cómo cortar. Recuerdo hace unos meses, alguien que se comunicó para pedirme un consejo porque quería terminar con una relación tóxica y no sabía cómo hacerlo. Le pregunté porqué , si sabía que la relación era perjudicial, que le estaba haciendo daño, continuaba ahí. Me contestó que le daba pena porque sabía que la otra persona iba a estar perdida sin su presencia. No había escuchado mayor engaño que ese. Era lo que esa persona quería pensar, porque el apego se había convertido en algo tan dañino que parecía no tener salida. No podía entrar ninguna nueva relación a su vida porque no había espacio con tanta toxicidad.

De la misma forma, sin respuesta lógica, mantenemos en nuestra vida costumbres y hábitos, pensamientos, tradiciones familiares, la visita a algunos lugares, el contacto con algunas personas y otra serie de cosas con las que deberíamos cortar de raíz. Pero aun sabiéndolo los conservamos.

Hoy quiero decirte que no vas a morir, tu vida no acaba porque soltaste algo  a lo que le tienes cariño, pero no aporta nada a tu vida.  Hay cosas que te están restando en lugar de añadirte, hay personas que te están drenando en lugar de aportar, hay pensamientos que te están estancando en lugar de motivarte, hay lugares que te están desviando de cosas mejores, que podrían haber sido añadidas a tu vida, pero no han podido entrar porque no les has hecho espacio.

Suelta ya, vamos. Soltar algunas cosas, alejarte de algunas personas, dejar de frecuentar ciertos lugares, terminar con algunos malos hábitos o costumbres, al principio puede que sea un poco doloroso o hasta difícil, pero es necesario. Si decides con los sentimientos, en lugar de con la sabiduría y la razón, necesitas madurar en esa área. Lo nuevo que Dios quiere traer a tu vida, necesita espacio, pero si no sueltas lo viejo, no lo vas a poder tener.   Hoy te invito a que sueñes con un nuevo nivel, con nuevas experiencias, no te aferres a lo que no sirve. Es tiempo de ir más arriba, de hacer espacio para lo nuevo de Dios y dejar que Él te sorprenda. Él tiene lo nuevo para ti. ¿Estás listo para hacer espacio y recibirlo?

Related Posts

Leave a Reply

My New Stories