Es una escalera

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Las emociones son parte de la vida, las experimentamos en todo momento, estando conscientes o no estándolo. Claro está que, por eso, algunas son más marcadas que otras. Puedes despertar la mañana de un lunes, luego de un fin de semana de mucha diversión, y sentir la emoción de la pereza invadirte. Te corresponde de inmediato, decidir si le permites tomar control o no. De tu decisión en ese momento puede depender el resto de tu día. Quizás decidiste levantarte, ya al último minuto, considerando la responsabilidad que tienes de cumplir con tus deberes y  al llegar al baño, alguien de la casa lo tenía ocupado, pues llegó antes que tú. Puedes enojarte y comenzar a pelear, reclamando al otro para que avance, porque estás tarde, logrando que la otra persona te responda de alguna mala manera y comenzar tu día con pesadez y discusión. O puedes desarrollar la paciencia y esperar, ya que fuiste tú quien se levantó al último minuto, y de eso, tú eres responsable ahora. Y así, en la medida que transcurre el día, vamos enfrentando diferentes emociones que debemos ir manejando. La acción que tengamos frente a cada una de ellas, traerá en consecuencia un resultado.

Hace poco leía acerca de algo conocido como: “La escalera de las emociones”.  Esta escalera nos muestra exactamente el proceso de lo que vivimos en cada situación. Comienza con “lo que pasa” en mi entorno, esto es, la experiencia que se esté desarrollando en ese momento. Continua con “lo que pienso” en ese momento, como interpreto lo que está ocurriendo. De inmediato, acompañado del pensamiento viene “lo que siento”, la emoción que me va a invadir, que surge de ese pensamiento que llegó a mi mente.  De lo que siento va a depender “lo que hago” y finalmente voy a obtener un resultado acorde a mi acción.                    

Quisiera que  como joven te veas enfrentando cada situación de la vida. Porque ya entendiste que cada acción que tomes ante ella, va a traer consecuencias agradables o no agradables para tu vida. Es importante visualizar muchas veces cuanto una emoción nos puede dominar. Quizás puedes pensar en un momento de coraje con alguien, donde pierdas el control y estalle una discusión que puede provocar heridas. Pero también quiero invitarte a que pienses como una emoción positiva, de la que no tomas control, también puede traer un efecto negativo. Igual, puedes encontrarte en una situación de temor, porque estás tratando de atreverte a hacer algo nuevo y el temor, que es una emoción fuerte, puede detenerte y traer frustración por un resultado que no es el que deseabas.

En fin, hoy quiero que puedas ver cuanto puede afectarte dar rienda a una emoción. Quiero que evalúes cuanto le permites a una emoción tomar control de ti. Quizás puedes mirar atrás y recordar el mal momento que pasaste algún día en particular donde no tomaste control de una emoción y tuviste un mal resultado.

Es mi deseo que tomes control de todo para que obtengas el resultado correcto, no solo visualizando la situación que está pasando, sino entendiendo como esto va a traer madurez a tu vida emocional y cambiará tu vida. La respuesta está en tu pensamiento. Lo vimos en la escalera de las emociones. Lo primero que llega, después de la situación, es un pensamiento con relación a la misma (esto es lo que interpretas de la situación). Si puedes tomar control de ese pensamiento, tendrás control de lo próximo, que es la emoción. De ahí viene la expresión de: “piénsalo dos veces”. El primer pensamiento puede venir de manera muy abrupta y traer un estallido de emociones inadecuadas pero, cuando respiras hondo y decides que tú tienes el control, entonces la situación será dominada con inteligencia y madurez.   

Quiero regalarte una palabra en la que he estado meditando reciente: Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza. Filipenses 4:8.   Cuando lo que busco pensar, está alineado a esta palabra, el fruto va a ser bueno, productivo, honorable, digno de admiración y reconocimiento. Quiero cerrar diciéndote que somos lo que pensamos, es lo que piensas lo que finalmente será expuesto en cualquier situación de vida. Así que cambiando tu manera de pensar, cambiará tu vida. No dejes que una situación tome control de ti. Tú fuiste hecho para vencer y gobernar por encima de todo y tienes la mente de Cristo. No sé tú, pero yo te veo venciendo. Gracia y paz sobre tu vida hoy.  

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