Estamos expuestos a malas noticias todos los días, se escucha la preocupación de la gente inquieta con todo lo que está aconteciendo. El temor y la ansiedad se han convertido en lo cotidiano y lo común por todas partes. Hay un dicho que dice que “las malas noticias llegan rápido”. Pero hoy yo vendo a decirte algo que necesitas tener claro y recordar: Su palabra, llegó primero. Hay una palabra que salió de la boca de Dios hace mucho y llegó mucho antes que todas las malas noticias que hemos estado escuchando.
Su palabra llegó antes que la enfermedad y te dijo que por sus llagas fuimos curados, llegó primero que tu problema, que tu cansancio, que tu frustración, que tu dolor, que tu soledad, que tu tristeza. Su palabra, la que él dijo sobre ti, sobre mí, sobre todos, ya había llegado antes que todo aconteciera.
Aquello a lo que Job le temía fue lo que le sobrevino (le aconteció). ¿A que le temes tú?
Ahora, tú escoges a que le das cabida. Puedes escoger la noticia diaria, de la que todo el mundo tiene temor que le acontezca, o puedes escoger la palabra que fue hablada primero y es mayor que la mala noticia, mayor que el problema, mayor que la enfermedad, mayor que todo.
A Job le aconteció lo que temió que le aconteciera, ¿A que le temes tú?
¿Puedes descansar y creer en la palabra que salió primero? ¿Puedes creer que Jesús te ama lo suficiente como para guardarte del día malo?
Hay una palabra de la que te tienes que empoderar, de la que salió primero. También fue para ti, ponte de acuerdo con ella y declárala, no dejes que las circunstancias te la roben. Recuerda quien eres, toma tu lugar y no temas. Bendiciones.
