Perspectiva

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La visión que tenemos de nosotros mismos ha sido influenciada por todo lo que hemos vivido aun desde el claustro materno. Somos influenciados por nuestra familia inmediata, por nuestros maestros, por la sociedad, por la iglesia, aun por gente extraña y ajena a nuestras vidas con quienes compartimos casualmente. Y lo más que existe de cada persona a nuestra alrededor son  opiniones.

Una de las cosas por las que más es influenciado nuestro actuar es por el “qué dirán”. Nos preocupa lo que digan los demás tanto, que hasta nos olvidamos de lo más importante realmente: ¿Qué dice Dios de mí? ¿Qué espera Dios de mí?

Lo que Dios dice de mí, es la verdad, lo demás, son solo opiniones. Entonces: ¿hasta cuándo dependemos de las opiniones para basar nuestra vida? ¿Cuánto más valor tiene lo que he aprendido y recibido de este mundo banal que lo que Dios quiere traer a mi vida? La palabra de Dios está llena de lo que realmente significamos para Dios, de lo que Dios ve cuando nos mira. Dios nos creó para gloria de su alabanza y para tener una relación paternal con nosotros. Si eres padre, piensa como ves a tus hijos. ¿Cuánto los amas? ¿Cuántas cosas eres capaz de perdonarles? ¿Cuánto anhelas su bienestar? ¿Cuáles sacrificios y esfuerzos has sido de capaz de hacer por ellos? Después de responder a estas preguntas con sinceridad, ¿Piensas que lo que Dios tiene para nosotros como hijos es menor que lo que tu y yo somos capaces de dar en nuestra humanidad? Dios envió a su propio hijo para completar la obra que perfeccionaría nuestras vidas, por eso puede mirarnos a través de su hijo y ver perfección en nosotros. Si no fuera así, Dios mismo estaría menospreciando la obra de su propio hijo.

Comencemos a entender como Dios nos ve y cuanto nos ama. Cuanto anhelo tiene por qué nos acerquemos a Él en su corazón de padre. Si cambiamos de perspectiva, y nos ponemos en la posición del padre, podremos entender muchas cosas de su amor, aunque aun así nos quedaríamos cortos entendiendo su amor. Olvidemos las voces de opiniones del mundo, y conozcamos la verdad de Dios. Entender su amor cambiará muchas cosas en tu vida, incluyendo la manera en que te ves. Acércate y conócele. Bendiciones

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