Como seres humanos tenemos una capacidad de aprendizaje increíble, aprendemos y somos influenciados desde que estamos en el claustro materno. Fui maestra de clases de preparación al parto y recuerdo siempre la historia de este papá que amaba la música y solía tocar su instrumento al lado de la barriga de su esposa, exponiendo a su bebé continuamente a la melodía del mismo. Años después, cuando su hijo era todavía muy chico como para tocar el instrumento, impresionantemente se acercó al mismo un día y sin nadie decirle como, comenzó a sacar sonido del instrumento de forma increíble.
No tenemos límites a la hora de aprender. No importa la edad que tengamos, siempre somos hábiles para aprender cualquier cosa. Reaprender también es posible, por eso es importante que aprendamos a escoger las ideas que llenan nuestra mente, porque nuestros pensamientos nos programan, y no nos damos cuenta. Cada pensamiento que convertimos en una expresion, va a terminar convirtiéndose en un hecho en nuestra vida. Y desde nuestra niñez hemos sido enseñados con muchas ideas y conceptos limitantes que hoy forman nuestra vida. Recuerdo haber leído un verso que decía: “si sigues hablando cosas negativas de tu vida, terminaras convirtiéndote en profeta”.
En el tiempo en el que nos encontramos viviendo es muy fácil ser contaminados con palabras de pesimismo, de estrés, de enfermedad, de tristeza, en fin, de cosas que nos cargan y nos drenan. No te das cuenta que terminas hablando de lo mismo, entrando en la corriente del pesimismo, del miedo que permea en el ambiente. Y en medio de tanta pesadez, muy difícilmente puedes ver lo positivo, lo hermoso. Y, como el chico de mi historia, la melodía que suenas es de lo que estás lleno. Quizás puedas decirme que se trata de ser realista, porque se trata de lo que nos rodea. Entonces te pregunto: ¿Cuál es tu realidad? ¿Es tu realidad la que vive todo el mundo? o ¿Puedes ver una realidad diferente cuando miras a Dios? ¿Realmente quieres que la realidad de este mundo sea tu realidad? ¿No anhelas algo diferente?
Hoy tú puedes escoger tu realidad. El mundo y sus circunstancias no tienen nada nuevo que ofrecerte. La humanidad históricamente, siempre ha tenido conflictos, guerras, enfermedades y calamidades. Como diría un buen puertorriqueño: “el mismo perro, pero con diferente collar”. Eso no va a cambiar. Pero lo que está en tu mente, que es lo que realmente cambia tu vida, no tiene por qué adaptarse a lo que tus ojos ven o a lo que te rodea. Dios ofrece una realidad diferente para sus hijos, los que saben que su realidad y su vida nada tienen que ver con este mundo, porque su realidad se encuentra en Él. Tus pensamientos determinan tu vida, no permitas que la mentira de este mundo opaque la verdad de Dios para ti. Entra en una relación con Él y deja que su verdad sea la tuya. Verás como tu vida cambiará. No es tarde para cambiar. “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” – Isaías 55:9. Deja que tus pensamientos sean elevados a sus alturas y verás que viendo como Él ve, ya nada será igual. Bendiciones.
