Sea la luz

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 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

Si  observas bien el capítulo 1 de Génesis, donde se habla de la creación, se da una descripción de como estaba la tierra en el principio. Dios estaba observando su obra para darle forma hasta completarla y lo primero que dijo sobre ella fue: Sea la luz. Lo primero que el Creador puso en este hermoso lugar que nos quería heredar, fue la luz. Luego de introducir la luz, entonces completó el resto de la obra. Fue a partir de la luz que todo cambió y desde donde todo fue trasformado.

Más adelante en la escritura, en Juan 8: 12, Jesús le hablo a sus discípulos diciendo: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

No sé si puedas entender esto, pero  hoy quiero que notes que la respuesta está en la luz. A partir de la llegada de la luz, todo cambia. No hay nada más poderoso que esta verdad. Porque, ciertamente, cuando llega Jesús, nada puede permanecer igual. Es a partir de la luz donde se va todo vacío, todo desorden, toda tiniebla.

Entonces, hoy tú tienes que tomar esta palabra para ti. Hoy, comienza declarando: Sea la luz. En este tiempo parecemos estar rodeados de una densa oscuridad, hoy las calles y muchas cosas están vacías, hoy parece haber desorden y muchas cosas fuera de control. Pero tú tienes la autoridad para declarar sobre todo eso: Sea la luz. Hoy declaramos, sea la luz sobre toda enfermedad, sea la luz sobre todo temor, sea la luz sobre toda tiniebla en cualquier área de nuestras vida, sea la luz sobre todo vacío, sea la luz sobre toda ansiedad, sea la luz sobre toda preocupación que nos sobrecoge. Vamos, hoy tu puedes declarar sea la luz, Jesús es la luz, y cuando declaras sea la luz, estás declarando su presencia y su poder para transformar todo aquello que necesita su intervención hoy. Aprópiate de esa palabra, créela y declárala. La manifestación de la luz llegará con lo sorprendente, lo inexplicable, lo insólito, como solo Jesús puede hacerlo. Tienes que creerlo, vamos, sea la luz sobre ti hoy. Bendiciones.

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